No es mi intención en este apartado contarte como es la conducción de radio ya que depende de muchos factores y cada uno lo ve e interpreta con su cristal. Todas las visiones son aceptables y permitidas, por lo cual, dándote mi visión, solo estaría dentro mi perspectiva vivida, que puede (o no) igual a la tuya.
Me interesa despejarte algunas dudas y ayudarte en todas las cuestiones y procesos que puedes llegar a enfrentar en el momento en que te tomen una prueba para conducir radio, y tal vez, podrás aprovechar mis vivencias, para aplicarlas si las consideras útiles.
Partimos de la base que, en todos los ámbitos comunicacionales, la conducción de un programa, no es otra cosa más que comunicar. En una prueba netamente de conducción de radio, lo que más se pone sobre la mesa del casting es una temática fija de ejemplo. Te suelen dar unos minutos para averiguar sobre ello, para que luego puedas improvisar sobre el tema. Motivo por el cual, vamos a ver un poco como mejorar la comunicación solo teniendo apuntes o “ayuda memoria”:
Antes de hablar, debemos construir una idea mental, de lo que vamos a transmitir para que salga de forma fluida y sin “baches” (quedarse mudo o lleno de muletillas) o “laberintos” (no saber cómo terminar o cerrar la idea) teniendo mucha claridad mental en los conceptos que vamos a brindar en el momento de que se encienda la “luz roja” indicándonos que llegó el momento.
Recomendable apoyarse en los adjetivos (más aún si estos son calificativos) pues nos dará muchos matices e inflexiónes en nuestra voz y la enriquecerá, comenzando a “sonar” más agradable que de costumbre. De esta forma estamos recalcando y acentuando nuestro mensaje, creando curvas en nuestra voz, haciendo que se escuche más interesante, con más convicción, entretenimiento y emoción el mensaje que estamos transmitiendo.
Recuerda que al comunicarnos, no es solo importante el contenido que estamos transmitiendo, sino, aún más importante es de la forma en que lo transmitimos. Tener un ritmo y tono variado, saliendo de la monotonía al hablar es fundamental. Variaciones, curvas de tono y cadencia en nuestra voz harán enriquecer absolutamente nuestra palabra.
También, esta estrategia la puedes aplicar en la comunicación en lo personal, e incluso se utiliza mucho en ámbito político y de conferencias junto con el lenguaje paraverbal.
El silencio, no solo aporta una connotación muy importante en las comunicaciones, como método de reflexión, pensamiento e integración con el interlocutor y/o oyente, sino que además “crea” el “efecto” de hacer parecer nuestro pensamiento o comunicación más importante de lo que realmente es. No dudes en realizar pausas para reestructurar tus pensamientos e integrar al oyente, entrevistado o persona que tengas enfrente.
Los comunicadores con poca experiencia comienzan a hablar sin una estructura mental por lo que pueden llegar a aparecer diferentes errores y preguntas mal formuladas. Te recomiendo que trabajes con estos órdenes de pensamiento. Tres pilares que generarás en tu mente, antes de comenzar tu presentación exitosa:
Introducción o Entrada:
Tienes muchas opciones. Desde presentaciones de uno mismo y del entrevistado (si aplica) y seguir con algún bocadillo, como alguna anécdota que vaya sobre el tema o el invitado, algún refrán o pensamiento que aplique al tema que te sirva como “gancho” para romper el hielo y entrar realmente al segundo paso que es el contenido real. Pero felicitaciones, ya tienes la tercera parte del problema resuelto.
Contenido A/B:
A: Si se trata de una evaluación de "interview", te pedirán que formules una serie de preguntas para un supuesto entrevistado con determinado perfil. Apóyate en las 5 preguntas mágicas, preguntas que llevan a respuestas abiertas (pues no se pueden responder con un “si” o un “no”) las cuales son: “Como” “Cuando” “Donde” “Porque” “Quien” y “Que” En el inglés se conocen como “Las 5 W”. Es vital que estés atento a las respuestas del “entrevistado”, ya que, a su vez, te servirán para crear “sub-preguntas”. Verás cómo todo fluye con mucha naturaleza y ni siquiera te sobrará tiempo, incluso… ¡Te faltará!
B: Si se trata de que hables sobre determinado tema que ellos te plantean (improvisación), querrán evaluar tu “impronta”. No te preocupes. Tanto ellos, como tú saben que no eres una “Wikipedia” y aunque es relevante que tengas gran conocimiento de cultura general, te brindarán tiempo y herramientas para que puedas trabajar en tu presentación, como por ejemplo elementos de apuntes, internet y 15’ de tiempo.
Recuerda tus años de estudiante cuando te enviaban de tarea realizar una síntesis sobre algún tema. Céntrate en datos determinantes, como nombres, fechas, agregándole las “5W” que te ayudarán a armar una crónica muy completa sobre cualquier hecho o tema de cualquier temática. Mantente imparcial, sin comentarios personales. Tu rol es comunicar y no opinar.
Cierre o conclusión:
Te sientes genial porque en todo el tiempo transcurrido supiste plasmar en palabras lo que tu mente pensó gracias a mantener un orden y estructura en las ideas. Sabes que ya dijiste casi todo lo que tenías que decir y es momento de irse por la “puerta grande”, de cerrar, de despedirse como un profesional experimentado.
Hacer un conteo de todo lo que se comunicó, desde principio a fin es una buena manera de ir cerrando el concepto y utilizarlo como “gancho” para despedirte: “Bien, hoy estuvimos hablando sobre un tema importante como es el transporte público, sus tarifas y las ventajas. Tema muy importante, pero ya es momento de despedirse…”
Otra forma que puedes utilizar es directamente decir la hora, brindar los datos del tiempo y anunciar que lamentablemente se acabó el tiempo. Procura que todo fluya con normalidad, no dejes de ser tú en ningún momento, pues tu personalidad es algo que te hace único/a y autentico/a.
Sonríe, se cordial, ten seguridad de lo que estás diciendo (incluso hablar con el cuerpo te servirá) y por supuesto SIEMPRE estar informado sobre el tema. Quince minutos de tiempo serán suficientes para chequear con anterioridad la información que consideres necesaria.
Si por desgracia tienes que empezar a hablar YA y no sabes que decir, directamente piensa en voz alta "voy a decir" o "voy a hablar sobre tres cosas" para ganar algo de tiempo mientras tu cerebro sigue pensando. Mientras que piensas o te ordenas tu cabeza, evita los baches como los “eeehh…” o “esteeee…” y aunque no queda bien, el silencio, dará la impresión que estás reflexionando o pensando de forma ordenada.
En entrevistas, trata de buscar el lado emocional y de interconexión con la otra persona para que se sienta cómoda, pues lo menos que queremos es que se parezca a un “interrogatorio”. Comienza con preguntas “light” para romper el hielo (small talk).
En cuanto a abrir una presentación empresarial, radial o televisiva, una pregunta retórica suele ser una buena opción para “abrir la cancha” y lograr la atención del público. No lleves goma de mascar, con el pretexto de “luego la tiro”, más de una vez me he olvidado de tirarla antes de iniciar. Tener un bolígrafo en la mano puede ayudarte a eliminar tenciones, pero evita hacer ruido con ella.
Una vez me dijeron que para salir bien “on air” hay que hacer de cuenta que nadie nos está escuchando (para mantener la calma), pero a su vez tener en cuenta que muchas personas nos están escuchando (para ser responsable de lo que comunicamos).
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