Los Casting De Voz y Locución - Como Prepararse Para Enfrentar una Audición - Mauro Martínez


Hay diversas formas a las que puedes asistir a un casting de voz, y digo “casting de voz” porque en la mayoría de las audiciones, no les interesa si eres locutor certificado, especializado o cosas así. Lo que realmente les importa es que tengas el tipo de voz y la interpretación que ellos buscan. Por esta simple razón, si no resultas elegido, no te lo tomes personal o creas que tienes la culpa. En ocasiones sencillamente tu voz no era lo que buscaban en ese momento. Por experiencia te digo que la locución “da revancha” y ya tendrás una nueva oportunidad con ellos o con otra empresa donde “cuadrarás” dentro de sus requerimientos o necesidades.

Independientemente de lo anterior, la idea es ir siempre bien preparado, por eso te voy a dar unos consejos para cuando tengas que enfrentar un casting de voz para publicidad o radio:

El día anterior:

Toma ventaja, tu casting acaba de empezar el día anterior a asistir al mismo, por eso desde ya prepárate. Acuéstate temprano, no fuerces tu voz ni practiques demasiado, lo que tienes que hacer no va a ser nada nuevo de lo que practicaste mucho tiempo, así que tranquilo. A veces puede ser difícil conciliar el sueño la noche anterior. Despídete de los estimulantes y del celular para descansar tu mente. Trata de pensar en otra cosa, nada ganarás con imaginar cómo será ni cómo te irá.

Lugar:

Todos te dirán que llegues temprano a una audición, y están en lo correcto. Tómatelo exactamente como una entrevista laboral. No llegues con más de 20 minutos de anticipación, pues parecerás muy ansioso, y no con menos de 8 minutos de la hora fijada, ya que ni siquiera podrás aclimatarte.

Nervios:

Los nervios son buenos, pues el cuerpo está alerta. Cando estés esperando tu turno para audicionar, ya debes dejárselos a los demás, pues te pueden traicionar. Todos tenemos “secretos” para que en cualquier situación de la vida que nos pone “nerviosos” disimularlo lo más que podamos, tú sabrás los tuyos. 

En mi caso, cuando espero para entrar a audicionar, pienso que estoy esperando que me atiendan en la pizzería, en el quisco, en el bar y cosas así. Situaciones que son bien conocidas para mí y no me ponen nervioso. Cuando quiero acordar ya es mi turno. Seguramente no eres el/la único/a que está nervioso/a. Presta atención a los demás de como tratan de disimularlo, sin embargo, mueven los pies, las manos, respiraciones profundas, piden para ir al baño, etc. Tu tranquilo, eres capaz y ambos lo sabemos.

Cree en ti mismo:

Siempre habrá alguno que aspira el puesto, o que más que “aspirar” ya se creé que es suyo. La realidad es que esas personas (no solo en la locución) aunque quieren mostrar una gran seguridad de forma externa, de forma interna, están llenos de nervios. No comiences a “medirte” con uno y otro con cuestiones de “este tiene mejor voz que yo” “este debe saber” “a este no le gano”, pues no los conoces. Sólo son cosas que pasan únicamente por tu mente. Quizás él/ella está pensando lo mismo sobre ti. Los resultados y el desempeño son en la cabina y no antes.

Simpatía:

No veas a los demás locutores/as como una competencia, en realidad solo compites contigo mismo. Aprovecha para tener alguna charla corta con ellos, e incluso puedes averiguar algo que te sea de ayuda para cuando sea tu turno. Haz contactos, tal vez te sirvan para enterarte de otros castings o puestos disponibles, en definitiva, somos todos “colegas”.

Profesionalidad:

A pesar de lo bueno o malo que haya sido el resultado, siempre hay algo positivo: Ganaste experiencia y te acaban de dar una oportunidad. Ambas cosas son muy buenas, así que agradece a la gente que está allí, crearás una buena impresión a los organizadores y puede que marques la diferencia si entablas unas palabras extras post audición con ellos. De todas formas, si puedes, déjales una tarjeta personal.

Al otro día comienza la “dulce espera” el llamado que nos de ese puesto o cuenta publicitaria. Tranquilo y continua con tu rutina, como si nada existió. Los resultados y el éxito, se deben a lo que hacemos y de la forma en que lo hacemos. Pero siempre está el factor suerte (no todo es matemáticas en la vida) 

Así que si todo te salió como tenía que salirte, pero no te han llamado, simplemente piensa que te faltó un poco de suerte, o quizá no era tu momento. A veces creemos que es la oportunidad de la vida, pero al tiempo nos damos cuenta que algo mejor nos estaba esperando. Y si te llamaron… ¡FELICITACIONES!